Trashumancia: La Antigua Práctica que Forja el Alma de Neuquén

Trashumancia: La Antigua Práctica que Forja el Alma de Neuquén

La trashumancia es una práctica de pastoreo estacional que implica el desplazamiento de ganado, en particular chivos, ovejas y vacas, a lo largo de diferentes zonas de pastoreo durante el año. En Neuquén, este antiguo ritual comienza en la primavera (veranada), cuando los rebaños son llevados a las altas montañas para pastar en los verdes valles de altura, y concluye en el otoño (invernada), cuando regresan a los valles más bajos para protegerse del frío invernal. Esta migración estacional no solo asegura el bienestar del ganado, sino que también está arraigada en la cultura y la economía de la provincia.

La trashumancia en Neuquén no es solo una cuestión de subsistencia; es un acto de profundo respeto por la naturaleza. Los pastores, conocidos como «trashumantes,» han desarrollado un profundo conocimiento de los ecosistemas locales y las necesidades de sus rebaños. Este vínculo íntimo con la tierra y sus ciclos naturales es una fuente de sabiduría invaluable y un testimonio de la armonía entre el ser humano y la naturaleza.

La trashumancia tiene un impacto significativo en la economía y la sociedad de Neuquén. La cría de ganado ovino es una actividad central, y la migración estacional asegura que los rebaños se alimenten de pastizales frescos en diferentes altitudes, mejorando la calidad de la carne y la lana producida. Además, esta tradición genera empleo en las comunidades rurales y fomenta la cohesión social, ya que varias familias y comunidades colaboran en el cuidado de los rebaños.
Por primera vez, vecinos y turistas podrán vivenciar los arreos milenarios que realizan los campesinos del norte neuquino en la época de la invernada y veranada. Es una experiencia casi única en el mundo, y se hará en Neuquén. Algo parecido también se lleva a cabo cruzando el océano Atlántico, en España.

El itinerario completo es un arreo de siete días que iniciará en Pailaleche, cerca de Andacollo, y termina en el Cerro Colorado, en inmediaciones del volcán Domuyo. Los organizadores de la excursión están ofreciendo a la venta tramos de dos días que equivalen a un recorrido de 30 kilómetros de distancia. La noche se pasa en los pequeños refugios o paradas fijas que tienen los crianceros en su largo camino de la trashumancia. El servicio también incluye guías de cabalgatas (baqueanos, profesionales y coordinadores durante todo el recorrido), pensión completa en el arreo (desayuno, almuerzo, merienda y cena), botiquín general de cabalgata, botiquín de primeros auxilios, VHF y comunicación satelital, seguro personal y los traslados internos de equipaje.
A pesar de su importancia cultural y económica, la trashumancia enfrenta desafíos en la actualidad. La modernización, los cambios climáticos y la expansión de la infraestructura urbana han planteado obstáculos para esta práctica ancestral. Sin embargo, muchos reconocen la necesidad de preservar esta tradición única y están trabajando en estrategias para adaptarla a los tiempos modernos, garantizando así que continúe enriqueciendo la identidad de Neuquén.

La trashumancia en la provincia de Neuquén es mucho más que una actividad ganadera; es un testimonio vivo de la relación profunda entre el ser humano y la naturaleza, una fuente de sabiduría ancestral y un elemento clave de la identidad local. A medida que Neuquén avanza hacia el futuro, preservar y revitalizar esta tradición se convierte en una tarea fundamental para mantener viva la esencia de esta hermosa provincia y honrar su patrimonio cultural.
Para más información, los interesados e interesadas pueden consultar la página www.turismorumbonorte.com
También se ofrece un número telefónico de contacto +54 9 2942 62-6810.
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